La necesidad de aprender es algo que nos acompaña a lo largo de toda la vida. Son muchas las personas que optan por seguir formándose, incluso cuando ya se han incorporado al mundo laboral.

Lo cierto es que seguir aprendiendo cosas nuevas ayuda a mantener nuestra mente activa y nos ayuda a ser más competitivos en el mercado laboral. Pero, ya sea por trabajo o simplemente por placer, son muchas las personas que optan por un aprendizaje autodidacta.

Podríamos definir el aprendizaje autodidacta como aquél que sigue una persona que se educa por sí misma, que explora y profundiza sus conocimientos de una materia por sí misma, sin necesidad de maestros.

A priori, parece una forma de aprender sencilla, sin muchas más necesidades, más allá de tener acceso a los materiales didácticos y tiempo para emplear en ello.

Sin embargo, no es todo tan simple. Además de tener acceso a libros y otros recursos para las materias, también se necesitan una serie de cualidades para que este aprendizaje sea efectivo.

Hay materias en las que la ausencia de un profesor real que explique los conceptos hace que el aprendizaje no sea efectivo. Por ejemplo, áreas complejas como el cálculo para la programación informática o los estudios estructurales arquitectónicos serían inviables mediante este tipo de aprendizaje.