La velocidad con la que adaptamos y utilizamos la tecnología aumenta exponencialmente. A la radio le tomó 38 años llegar al millón de usuarios, a la TV 13, a Internet 3 y a Facebook solamente un año.
Con la rápida adopción de internet en la vida cotidiana y la educación, las empresas buscaron llevar las aplicaciones de la tecnología en sus procesos aún más allá. A procesos que habían evolucionado en las últimas décadas como la robótica y los sistemas de planificación de recursos (ERP), se suman avances como Big Data, Internet de las Cosas (IoT) e incluso nuevas aplicaciones de la impresión 3D.
Los avances se pueden ver en aspectos como la seguridad informática, compras en línea, transferencias bancarias, aplicaciones para solicitar servicios y hasta fabricación de órganos artificiales. Podemos tener acceso a productos y servicios al momento, de manera personalizada y mediante mecanismos que aprenden de nuestro comportamiento y necesidades.
Este cambio implica nuevas profesiones que hace 10 años no eran prioritarios y hoy son clave en el proceso de transformación digital. Para muchas empresas que buscan competir en un mercado global esto ya no es opción y el contar con talento especializado se convierte en su prioridad ante los cambios del entorno.