Sin embargo, cobra cada vez más relevancia el enfoque en las soft skills, que podríamos definir como aquellas competencias que, aunque no suelen ser medidas con alguna escala o certificación, son clave para el desarrollo profesional, ya que a medida que aumentan las responsabilidades y se escala laboralmente, son cada vez más necesarias.
No es ajena esta distinción entre hard y soft skills en el mercado laboral: portales como LinkedIn permiten a los usuarios separarlas en su perfil para que los reclutadores tengan un panorama más amplio tanto de su formación como de sus competencias gerenciales. Aquellos profesionales que buscan un mejor puesto, proyectos más retadores o un mejor sueldo las toman en cuenta.