Los usos que se le pueden dar a este protocolo son muchísimos. Por ejemplo, puedes conectar periféricos como teclados y ratones a tu ordenador o móvil para poder utilizarlos. También puedes compartir todo tipo de archivos entre dispositivos, desde música hasta fotografías, vídeos y cualquiera de tus archivos o documentos. También puedes sincronizar altavoces o auriculares para escuchar en ellos lo que está sonando en otro dispositivo.
Hoy en día puedes encontrarte el Bluetooth en todo tipo de dispositivos, desde ordenadores hasta smartphones, tabletas y portátiles. También lo utilizan ratones, teclados, impresoras, cámaras digitales, auriculares, televisores y todo tipo de receptores. Incluso también lo puedes ver implementado en los sistemas de audio de los coches actuales o en algunas videoconsolas. Además, como el módulo Bluetooth viene integrado en los dispositivos no necesitas conectar ninguna antena como con algunas otras alternativas inalámbricas.
Uno de los grandes logros que consiguió el Bluetooth desde sus inicios es no interferir en otros sistemas inalámbricos que operan por radiofrecuencia. Para ello, esta tecnología envía señales débiles de menos de 1 milivatio, limitando el rango de acción de los equipos a un máximo de determinados metros de distancia.
De esta manera, los datos viajan de manera eficaz y sin ser interferidos por otras señales. Además, al contrario que las conexiones por infrarrojos el Bluetooth no necesita estar en la línea de visión de los equipos para realizar la comunicación. Esto quiere decir que los dispositivos que conectan no tienen que estar en la misma habitación, ya que la señal Bluetooth consigue atravesar paredes.