En los últimos años, las demandas del mundo laboral se han transformado. Los perfiles profesionales ya no son valorados únicamente por los conocimientos técnicos, sino que ahora factores como comunicación efectiva, gestión de equipos, creatividad, entre otros, son habilidades que están ayudando a marcar la diferencia dentro de los procesos de reclutamiento.
Ha estas competencias se les denomina “soft skills”, un término que hace referencia al talento personal de cada colaborador; los cuales no están relacionadas con los conocimientos académicos de un trabajo, sino con el sentido emocional y la capacidad que tiene un individuo para desenvolverse con éxito en una compañía.